lunes, 17 de enero de 2011

Cartas de el y ella (I)

Él:

Tal vez sea mejor parar aquí…unos cuantos pasos más y sin mucho que decir, sencillamente dar la vuelta. Tal vez agachar la mirada mientras camino si ella decide quererme detener. Solo por esta vez, hacerme de oídos sordos y seguir caminando.

Cuanto tiempo hemos pasado ya caminando por este sendero?...días? años?...ciertamente no me he caracterizado por cautivar tu atención con mi atención. No sé cuanto tiempo ha sido. Pero han sido, o muchos días, o pocos años…ha pasado tiempo y yo he pasado tu tiempo en mi regazo. Solo nunca supe realmente dónde estabas tú.

Sigo caminando, delante de ti pero dejando atrás todas tus palabras. Sé que si sucumbo a querer voltear a verte: seré hipnotizado de nueva cuenta y volveré a atarme a tus pies.

No es que le tienda la mano a la nostalgia. Por el contrario. Atesoro tu tiempo pero ya hace tiempo lo deje ir…es por eso que decidí dar a vuelta.

Paro en seco….tengo algo que decirte. Tengo algo que confesarte y tengo algo que sencillamente dejar ir.

Volteo a donde estas tu oponiéndome rotundamente al rumbo por el que seguíamos. Encarando tu anticipado dolor de una forma un tanto seca.

Alzo del suelo la mirada, depositándola enteramente en tus ojos.

Hoy decidirás que, después de unos cuantos gestos sencillos, seguirás por un camino opuesto al mío, pero con el mismo olor a bosque.

Humedad y frio vertidos en una última mirada que creo te ha hecho entender todo sin tener yo que siquiera pronunciar una palabra. Y qué más quisiera yo que tener tus manos entre las mías aun que fueran solo por cinco segundos después de que captaras mi mensaje. Pero es obvio que ya no será así.

Aun sintiéndote yo delicada, apelo a tu fuerza y confío que en un futuro, nos podremos ver tal vez.

Me inclino a besar tu frente. Pero justo segundos antes de tocarla me vuelvo hacia atrás. Es mejor así…ya a mera instancia, el dolor me está matando...así que no quiero que pienses que hago esto solo para prolongarlo. Te tuve en mis manos, te he cuidado como a mi tesoro más preciado y ahora es necesario me vaya…aparentemente el cielo no tiene ejércitos suficientes.

No, llora si gustas. Pero no poses tus ojos en mi vaina, dentro de ella está más su nombre que mi filo y su nombre me causa una llaga más profunda de lo que causare, seguramente, en unos días.

No perderé el temple que prometí portar por siempre, no romperé la promesa que le he hecho a tu dios y al mío…y con tus lágrimas por testigo…si aquel que habita en lo alto me cree digno, prometo volver a ti.

Amor mío…un último momento en el que mis ojos prometen serle fiel a tu memoria. A una perpetua inocencia y al mensaje de fe firmado con tinta de sangre en trozos tristes de oro y papel.

lunes, 10 de enero de 2011

De un angel...

5 segundos.

Algo que pueda darme un poco más de tiempo para reflexionar acerca de mi mismo. Un punto ciego, una página en blanco. Incluso una pluma sin tinta. Lo que sea que me sirva de peldaño para entenderme, me sentara bien.

Aun si después de estas palabras mi taza de té siga vacía y en la tetera no habite más de la esencia de lo que alguna vez estuvo ahí.

5 segundos de silencio.

Y tal vez una respuesta vaga a un porque inadvertido. Tenemos algo atándonos a esta tierra?

Serás tú?...y mi razón de seguir adelante…seguirá existiendo aun después de que deje de sonar tu guitarra?

Hoy y mañana pasaran tan rápidos como lentos estando yo dentro de este cristal. Y la arena ira cubriendo poco a poco mis pies, mis manos, incluso mi rostro. Después de esto, estoy seguro que ya no tendré que preocuparme por volverte a ver.

El tiempo habrá cerrado mis ojos y de alguna forma, tal vez un poco compleja, la sonrisa que alguna vez vieras será vuelta un susurro…algún rumor barato, de una de esas historias que se cuentan cuando el otoño va a empezar.

Hoy no se oye la música. Tampoco el viento…muy a la fuerza distingo un correr cansado de lo que creo puede ser agua. Una corriente triste que se arrastra a conocer una salida. Algo, lo que sea, en lo que pueda morir en paz.

5 segundos de silencio y calma.

Tranquila, no pasa nada. Si bien es cierto que hoy todo te duele, es seguro que mañana nada te alcanza. A ti que eres viento y estela.

Precisamente es a ti a quien probablemente no pueda llegar jamás. Pasa inadvertida y que pase de mi tu furia si el día algún día llega.

Silencio para que aprecies más la melodía al fondo. Es débil, es fría y se parece mucho a ti.

Tiene ciertos acordes sencillos, vistos complicados pero no pasan de meras escalas…algo sencillo y dulce con sabor a nostalgia. Algún día, hace años, debiste ver un amanecer con olor igual. A lo que seguro huele un libro antiguo, sacado de una biblioteca aun más vieja en uno de estos pueblos en los que casi nunca sale el sol. Nostalgia con sabor a historia?

No lo sé. Sera por que hoy no suena nada más que estas palabras tristes y vagas…ni siquiera estoy intentando llegar a ti…no, a ti no podría llegarte, hoy que a tu lado caminan otros pasos, muy distintos a los míos. Será por eso que hoy no suena nada.

Me guardare luto y mantendré mi distancia. Aun que no pueda evitar tocar tu rostro de vez en cuando.

Así solo sientas frio o un deja vú esporádico y no pueda llegar a ti.

Pues soy el viento que sopla en las montañas, y la furia del océano golpeando a las rocas, soy fuego líquido y vida perpetua.

Seré abismo lleno de un sentimiento fugaz…

Soy tu ángel…encadenado a una esencia distante a la tuya…

Que tu dios te cuide, porque un día de estos, te haré volver a mí.