martes, 3 de mayo de 2011

Eternamente.

Estadio vacío, unas luces de fondo en lo alto de las mamparas. Paso a paso el eco crece y en medio de la nada, siendo asechada por los lobos; te paras.

Se siente vacío, tal como se ve. No hay nadie…y los que están presentes están hechos a base de nada. Todos esos cuerpos vacíos y esos entes sin cuerpo. Sonrisas por los alrededores y una pluma chocando contra el papel.

Los escenarios cambian. Tú alma grita y tu boca calla. No se siente bien, no te llena y no puedes tomar nada de ahí que mejore tu estado mental. Peleas por volverte parte de esta escena. Pero no hay trofeo al final de esta batalla…no sientes nada mas que el abismo carcomiendo la esencia de lo que te forma.

Para formar parte de este círculo tienes que dejar de ser tú por 3 minutos y el mundo será tuyo después. Volteas y sabes que tienes quienes detendrán tu caída, pero de ti depende de que puedan llegar a tiempo. Y no cuentas con la habilidad de ver dentro de esa oscuridad.

Entre el ruido que abarca el silencio decides que cerrar los ojos es lo mejor que puedes hacer. Y dentro de todo ese caos, muy dentro de ti…suena una guitarra, un arpegio suave que toma fuerza con un platillo de una batería que aun que no la vez, sientes que formaba parte de tu sistema desde hacia siempre…un violín al que le hace fondo un bajo y una ultima guitarra...todo embona, todo forma dentro de ti, algo mucho mas grande que toda esa nada que se postra al frente.

Algo más profundo que la idea de ser perfecto o de al menos parecerlo. Una melodía digna de ser llamada obra de arte. Algo caótico al inicio y después parte del balance perfecto.

Música...no, TÚ música…algo a lo que puedes aferrarte de manera etérea y eternamente.

Abres los ojos y el escenario sigue vacío…y alrededor siguen las mismas muñecas sin alma…plástico y seda fina…y el público, lleno de gente que sentirá que estas pasando por el momento más fácil de tu vida, gente que se cree juez. Pero no abriste los ojos para verlos a ellos. Lo hiciste para al fin encontrarte a ti y dentro de tanto plástico tú eres aire.

Sonríes finalmente de manera honesta y te arrancas ese halo de superficialidad, das las gracias, a todos…los que te subestimaron, los que debían juzgarte, los que no debían y lo hicieron y a esas tres personas que te apoyaron incluso cuando flanqueaste a lo que tu misma te imponías.

Este no es tu escenario. Así que casi corriendo, bajas te quitas el vestido y te pones las botas que siempre te han llevado a todos los escenarios que has vuelto tuyos, la camiseta que es casi parte de tu piel, te arrancas el peinado y sientes como tu cabello cae y juega con el viento…antes de irte volteas al espejo…esa es tu piel…y esa es tu belleza y todo eso lo planeas enseñar con música.

Estadio vacío, unas luces de fondo en lo alto de las mamparas. Paso a paso el eco crece y en medio de la nada, siendo asechada por los lobos; te paras.

Suenan las guitarras y las luces apuntan a una masa de gente que forma parte de un todo y están hechas a base música.

Cierras los ojos y respiras paz…dentro de tanto ruido escuchas el acorde que da tu entrada y abres los ojos una vez más para contemplar tu mundo.

Este es tu escenario, esta es tu belleza y dejarás que ellos sean los jueces. Finalmente, cada día se vive una competencia y tú corona, está noche, está hecha de metal.

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Muff's : )