lunes, 17 de mayo de 2010

Alma Templaria


Miro la puerta fijamente. Me detengo y respiro profundamente. A cada segundo que pasa me vienen a la cabeza mil ideas, pensamientos, memorias, momentos. ¿Que pasara un segundo después de que pase por el umbral de la puerta?

Entiendo cada uno de los pasos que doy, y aun así siento que hay pasos que no quiero dar, otros tantos ni siquiera los di a voluntad, pero sigo caminando.

En este momento no me muevo. Deje de caminar para analizar, hoy cambia todo, hoy el mundo se detuvo esperando a que yo diera el siguiente paso…no sé si pueda darlo. Me siento tan mínima entorno a todo lo que estoy viviendo incluso en este momento, en el que solo estamos esta puerta y yo.

Tengo que respirar o voy a romperme, así que respiro; inhalo calmadamente…pero al exhalar salen varias lagrimas…no quiero cruzar la puerta. No con todo a lo que me estoy aferrando.

Silencio. Es un paso que solo yo voy a poder dar. Es algo que solo pende de mi y nadie más puede alterarlo, no voy a llorar una sola lagrima mas. Mi siguiente paso voy a darlo sola….

“Cuando vuelvas….”

De un estado en animación mental suspendida, despierto al compás que abren la puerta del otro lado. ¿Ya es hora? Del otro lado están ustedes. Parados como cada fin de semana en las paredes de la cochera, hablando de bandas, música, de cómo este concierto fue mejor que este otro. Creo que otra vez no sirve un cable y están tan entusiasmados por sacar esta canción…

Cuanto me cuesta respirar sabiendo que estas guitarras no van a estar mañana cuando despierte…mi música, mi voz se queda en estas paredes, en esta cochera, se queda con cada uno de ustedes y ustedes….ustedes sonríen, su música en mi es eterna, a cada mirada que alcanzo a percibir vienen risas, noches de pizza, idas al cine, tocadas, historias, fiestas, noches de música…tantas experiencias en tan poco tiempo me ponen a pensar en que este no puede ser un punto y aparte.

Si me voy hoy…tal vez regrese mañana, tal vez vuelva siendo mejor.

La gente…es curioso cómo pasado un tiempo la gente se vuelve tu gente, personas normales se vuelven especiales, importantes. Sangre ajena se vuelve tu sangre. Ojala, mis hermanos, yo haya causado este mismo sentir en ustedes.

Abro los ojos. La puerta sigue cerrada, yo sigo en el mismo lugar en el que he estado todo este tiempo. Pero ahora estoy segura que no hay nada que me ate a este pedazo de tierra. Porque la música es etérea y los amigos eternos. Abrí la puerta y salí como si se tratara de la ida a una cruzada. Llevo mis armas y planeo conquistar todo aquello que se ponga en mi camino. A su nombre, al de la música…y tan seguro como que me cuesta el alma dar estos pasos, todo pasa por una razón.

Templarios, aquel que va vuelve. Mi voz siempre será suya.

Un honor.

Pau…

miércoles, 5 de mayo de 2010

Esperar, no es una opción.


Tome el lápiz con el que había estado jugando por los pasados 15 minutos. Me incorpore y me volví hacia el reloj de pared que adorna la oficina de mi padre. No sirve, y la hora es un retrato de un momento que termino hace posiblemente, mas de 15 años.

Desde entonces, han pasado un centenar de cosas, crecí, subí, caí. El tiempo ha sido mi párrafo más contundente en todo lo que he deseado escribir, he visto las manecillas de miles de relojes avanzar…ninguna retrocede, nadie goza de tal don.

¿Qué sentirá este reloj?, lleva colgado en la misma pared por años, ha visto pasar desde tragedias hasta alegrías…pero su tiempo no avanza a mi ritmo. El se quedo en 1994, cuantas cosas han pasado sin que su manecilla las vaya barriendo…borrando. Es precisamente este aparato el que me vio llorar por última vez, también fue testigo de las primeras. De mis recuerdos más antiguos, esta cuando se descompuso y mi padre y yo le arreglamos la hora. Sus llaves aun no se oxidan…no corre a mi ritmo, pero se consume tan lento como yo, tal vez hasta se conserve mejor.

Lo vi cada vez que sentía que no podía dar más. Y a pesar de permanecer más quieto que la pared misma. Siempre me ha hecho encontrar mi centro y seguir adelante.

Ahora, ya no hay cuentos de hadas que apresuren el momento de dormir, tampoco está el regazo donde solía llorar horas y horas, mi disfraz de superhéroe me queda chico, y ya no tengo los súper poderes que creía eran suficientes para salvar el mundo. Para ser sincera, la nostalgia misma no es suficiente para exhalar el suspiro que exprese la angustia y resignación de la que soy presa.

Pero el reloj sigue danzando, a un ritmo firme, constante, eterno.

Sonreí a la par de que guardaba el lápiz en el estuche de mi padre. No hay mucha guerra que dar cuando decides que se está acabando el tiempo. Cuando mides el tiempo por semanas, meses o años. La verdad, es que para todo, aun faltan muchas horas. Suspiros, aun faltan risas y miles de lagrimas, faltan brisas y lluvias y nada de lo que pase se va a repetir…absolutamente nada va a ser lo mismo. Pero siempre puede ser mejor.

No podemos volver en el tiempo, pero si podemos volver del tiempo, algo útil. Esperar no es una opción.

Muff's