
Miro la puerta fijamente. Me detengo y respiro profundamente. A cada segundo que pasa me vienen a la cabeza mil ideas, pensamientos, memorias, momentos. ¿Que pasara un segundo después de que pase por el umbral de la puerta?
Entiendo cada uno de los pasos que doy, y aun así siento que hay pasos que no quiero dar, otros tantos ni siquiera los di a voluntad, pero sigo caminando.
En este momento no me muevo. Deje de caminar para analizar, hoy cambia todo, hoy el mundo se detuvo esperando a que yo diera el siguiente paso…no sé si pueda darlo. Me siento tan mínima entorno a todo lo que estoy viviendo incluso en este momento, en el que solo estamos esta puerta y yo.
Tengo que respirar o voy a romperme, así que respiro; inhalo calmadamente…pero al exhalar salen varias lagrimas…no quiero cruzar la puerta. No con todo a lo que me estoy aferrando.
Silencio. Es un paso que solo yo voy a poder dar. Es algo que solo pende de mi y nadie más puede alterarlo, no voy a llorar una sola lagrima mas. Mi siguiente paso voy a darlo sola….
“Cuando vuelvas….”
De un estado en animación mental suspendida, despierto al compás que abren la puerta del otro lado. ¿Ya es hora? Del otro lado están ustedes. Parados como cada fin de semana en las paredes de la cochera, hablando de bandas, música, de cómo este concierto fue mejor que este otro. Creo que otra vez no sirve un cable y están tan entusiasmados por sacar esta canción…
Cuanto me cuesta respirar sabiendo que estas guitarras no van a estar mañana cuando despierte…mi música, mi voz se queda en estas paredes, en esta cochera, se queda con cada uno de ustedes y ustedes….ustedes sonríen, su música en mi es eterna, a cada mirada que alcanzo a percibir vienen risas, noches de pizza, idas al cine, tocadas, historias, fiestas, noches de música…tantas experiencias en tan poco tiempo me ponen a pensar en que este no puede ser un punto y aparte.
Si me voy hoy…tal vez regrese mañana, tal vez vuelva siendo mejor.
La gente…es curioso cómo pasado un tiempo la gente se vuelve tu gente, personas normales se vuelven especiales, importantes. Sangre ajena se vuelve tu sangre. Ojala, mis hermanos, yo haya causado este mismo sentir en ustedes.
Abro los ojos. La puerta sigue cerrada, yo sigo en el mismo lugar en el que he estado todo este tiempo. Pero ahora estoy segura que no hay nada que me ate a este pedazo de tierra. Porque la música es etérea y los amigos eternos. Abrí la puerta y salí como si se tratara de la ida a una cruzada. Llevo mis armas y planeo conquistar todo aquello que se ponga en mi camino. A su nombre, al de la música…y tan seguro como que me cuesta el alma dar estos pasos, todo pasa por una razón.
Templarios, aquel que va vuelve. Mi voz siempre será suya.
Un honor.
Pau…